Tener una mascota proporciona múltiples beneficios. Un reciente estudio de Enders-Sleggers y Hediger señala que nuestras mascotas nos pueden mejorar la vida a las personas viejenials. ¿Cómo? Por ejemplo, pueden facilitar la interacción social. También nos protegen de la soledad y proveen de un importante soporte emocional. Lee que te cuento un poquito más.

Tener una mascota: inconvenientes.
Para quienes nos gustan los animales, interactuar con ellos a lo largo de toda la vida, incluso en la vejez, está recomendado por todo tipo de estudios. Así que, a cualquier edad, podemos tener un amigo peludo en casa, o participar en asociaciones para cuidarlos y atenderlos.
Es cierto que no todo son facilidades. A partir de determinadas edades, tener una mascota en casa puede suponer ciertos inconvenientes. Por ejemplo, en caso de tener que ingresar en un hospital para una operación, hay que buscar a algún familiar, amigo o centro especializado que se haga cargo de su cuidado hasta que volvamos.
Tener una mascota también puede llegar a suponer un gasto considerable cada año. Vacunas, alimentación, enfermedades… Son aspectos que hay que considerar antes de decidirse a adoptar a un nuevo amigo. ¿Vamos a contar con el dinero necesario para mantenerlo adecuadamente? Algunos estudios indican que puede ser un problema en caso de pensiones bajas.

También sucede que los animales mayores tienen que ir al veterinario más a menudo. No olvidemos que un perro o un gato pueden vivir unos 15 años. Aunque el hecho de que la edad del propietario sea avanzada no es un factor que influya en la calidad de vida de las mascotas, hay que tener en cuenta que, cuando haya que llevarlo más a menudo al veterinario habrá que desplazarse y realizar el correspondiente gasto.
Finalmente, hay que pensar qué pasaría con el animalito si llegamos a faltar. ¿Quién se hará cargo de él? ¿Estará igual de bien cuidado que por nosotros?
Como vemos, en realidad este tipo de inconvenientes señalados por los estudios, podría darse con personas propietarias de cualquier edad. En otras palabras, tener una mascota siendo viejenial no presenta mayores inconvenientes que tenerla siendo millennial.
Los beneficios de tener una mascota para los viejenials.
No obstante, son muchos los y las viejenials que conviven con sus mascotas o que, a cierta edad, deciden dar el paso de adoptar o acoger a algún animal en su casa.

Y es que los estudios indican con claridad que tener mascotas tiene grandes beneficios para los viejenials. Veamos cuatro de ellos.
Mayor actividad física.
Tener un perro nos va a obligar a pasear con él. Caminar para sacar al peludo, además de mantenernos activos físicamente, va a hacer un gran bien a nuestra salud emocional. También va a mejorar nuestra salud cardiovascular y articular.
Y si tenemos gatos, o pájaros, tortugas o prácticamente cualquier animalito, vamos a tener que cambiarles la tierra de sus areneros o jaulas. Además, nos moveremos para cepillarlos, para ponerles de comer e, incluso -y sobre todo- para jugar con ellos. En otras palabras, tener una mascota nos hace ser más activos físicamente.
Estructura una rutina diaria.
Algunos estudios señalan que cierto segmento de personas mayores que viven solas pasan sus días de una forma poco saludable. Muchos, al no tener obligaciones ni metas, no tienen horarios establecidos. Esto lleva a no tener una pauta para levantarse o acostarse. O para comer. El resultado, en esas ocasiones, suele ser un estilo de vida poco saludable, con pocas interacciones sociales, mucho tiempo en la cama y una mala alimentación. Esta forma de vivir puede llegar a dar lugar a estados depresivos.
Tener una mascota a quien cuidamos con cariño nos lleva a tener algunas obligaciones con ella. En caso de tener un perrito, tenemos que acostumbrarnos a sacarlo a pasear en unos horarios determinados. También debemos incorporar la rutina diaria de asear sus espacios, o darles de comer más o menos a la misma hora. En definitiva, una mascota podría, incluso, ayudarnos a estructurar nuestro día, ya que obliga a estar activo, independientemente de cuál sea nuestro estado anímico.

Combate los sentimientos de soledad y mejora la salud emocional.
La población viejenial es una de las que tiene mayores riesgos de sufrir un estado de soledad. En muchas ocasiones las circunstancias vitales llevan a que la persona mayor pase mucho tiempo sola. A menudo, esa soledad, cuando llena gran parte de nuestro tiempo, es indeseada.
Compartir nuestro hogar con un amigo peludo hace que siempre haya alguien esperando en casa. Y siempre nos recibirá con alegría y con un amor incondicional. El cariño sin juicios que nos da nuestra mascota puede hacer mucho por mejorar nuestra autoestima, y nos hace sentirnos necesarios.
Proporciona temas de conversación.
Nuestras mascotas son agentes socializadores. Desde foros de internet, hasta las visitas al veterinario, pasando, sobre todo, por las interacciones callejeras, nuestro interés por ellas hace que sea fácil pararse a hablar con desconocidos. Son un importante tema que muchas personas pueden tener en común.
En un estudio de los años ochenta se vio que, personas que hacían el mismo recorrido con y sin perros, en el primer caso había más probabilidades de interactuar con otras personas desconocidas. O sea, pasear a sus perros facilitaron las conversaciones con personas extrañas.
Tener una mascota.
Tomar la decisión de convivir con un animal supone adquirir una serie de responsabilidades. Si vivimos en familia podremos compartir esas tareas necesarias para el bienestar del animal. No obstante, cada vez más, muchas personas solas toman la decisión de convivir con sus mascotas.

Sin embargo, adoptar no es la única opción que podemos tomar para disfrutar de todos estos beneficios de tener una mascota siendo viejenials. Otras opciones como la acogida temporal, cuidar o pasear al perro de alguien mientras está trabajando o de vacaciones, o colaborar con alguna asociación de cuidado de animales pueden ser estrategias igualmente válidas.
Como vemos, los beneficios de tener una mascota, pese a presentar algunos inconvenientes, son mayores que estos.
Y ahora cuéntame, ¿tienes mascotas? ¿Qué mascota tienes y qué te hace sentir?
Referencia: Enders-Slegers, M. J., & Hediger, K. (2019). Pet ownership and human–animal interaction in an aging population: Rewards and challenges. En Anthrozoös, 32(2), 255-265.
Eduardo J. Cabaleiro es psicólogo, formador y fotógrafo.
Mi perrita tiene 14 años. Siempre he pensado tener otra cuando no esté. Pero últimamente, le he estado dando muchas vueltas a la cabeza porque todos los “inconvenientes” que has mencionado yo también los he pensado… además de volver a educarla… ya sabes: enseñarle a hacer pis y caca fuera de casa, los celos que aunque son dos veces al año pues hay que reorganizar todo en casa… pero por otro lado yo siempre he tenido una perrita conmigo y me han hecho tan feliz y me han dado tanto amor!!! En fin, no quiero pensar en ello. Cuando llegue el momento veremos cómo estoy físicamente y decidiré