Todas las personas somos creativas. Incluso quienes piensan que no lo son. No obstante, hay ocasiones en que esa creatividad se estanca, y somos incapaces de encontrar nuevas soluciones a los problemas. Hoy te traigo 5 ejercicios basados en el mindfulness que te van a servir para encender y potenciar tu creatividad. Sigue leyendo y te cuento.

Cuando la creatividad se estanca.
A menudo las circunstancias de la vida, el devenir del día a día, nos lleva a hacer las cosas siempre del mismo modo. De esta forma, podemos repetir patrones de conducta que nos permiten hacer las cosas y solucionar problemas, aunque no sea de la forma más efectiva. ¿Funciona? ¿Para qué vamos a cambiar?
Sin embargo, en muchas ocasiones nos gustaría hacer las cosas de forma distinta. O simplemente tenemos la necesidad de expresar algo en nuestro interior que pugna por salir. Esa puede ser una definición de creatividad, encontrar nuevas asociaciones que nos den ideas nuevas para resolver un problema o una necesidad.
¿Qué pasa si nuestra imaginación está estancada? Puede ocurrir que tengamos un rígido enfoque en las actividades cotidianas y que estemos bloqueados en el desarrollo de nuestra creatividad.
Bueno, cada día podemos dedicar varios minutos a algunas actividades basadas en mindfulness que podremos llevar fácilmente a cabo y nos van a permitir desbloquear nuestras aptitudes creativas.
Concéntrate en un elemento de la naturaleza.
No es necesario que te vayas al bosque a vivir. Este es un ejercicio que puedes hacer cada día de forma muy fácil.
Consiste en concentrarte durante un determinado tiempo -una semana, un mes- en un producto de la naturaleza. Pueden ser las flores, un determinado tipo de animal, un color, las nubes o el viento… Lo que se te ocurra. E intenta conocer y comprender esa categoría.
Por ejemplo, una semana te concentras en los gatos. Busca gatos por tu alrededor y obsérvalos. Si tienes uno, míralo y estúdialo más allá de las caricias y compañía diaria. ¿Cuál es su rutina? ¿Por qué lo hace? Busca cuadros en los que aparezcan gatos y estúdialos atentamente, o haz un pastel con forma de gato. Durante ese tiempo, vas a concentrar tu atención en todo lo que tenga que ver con los gatos.

Fotografía tu día a día.
Este es un ejercicio muy efectivo que suelo incorporar -en una versión más reducida- en mis cursos de fotografía + psicología 🙂
Hoy casi todas las personas llevamos una cámara de fotos en el bolsillo. Los nuevos teléfonos móviles inteligentes incorporan cámaras de fotos de grandes prestaciones y fáciles de usar.
Concéntrate en aquéllo de especial que tiene cada día. Intenta contar una semana de tu vida con cinco fotos cada día.
«¡Pero es que en mi vida diaria no pasa nada que merezca la pena fotografiar!». Todos nuestros días tienen algo que merece la pena plasmar en fotografía. Durante el primer día concéntrate en contar tu jornada con cinco fotos. Ni siquiera hace falta que sean buenas fotos, aunque aquí puedes encontrar un sencillo manual gratuito para hacer buenas fotos con el teléfono móvil.
Hazlo durante una semana. Cinco fotos cada día. Luego, junta todas esas fotos en un collage y obsérvalas con detenimiento. ¿Qué patrones encuentras? ¿Cuáles son esos momentos especiales que te han llevado a plasmar algo diferente? ¿Qué pensabas en cada momento? ¿Qué sentías? ¿Has descubierto algo nuevo en el día a día, aunque siempre estaba ahí?
Al final, tendrás un pequeño diario gráfico de tu semana y además, si has hecho fotos bonitas, incluso aumentará tu autoestima 🙂
Haz una obra de arte efímera.
Todas las personas somos capaces de hacer arte (mira la segunda acepción del Diccionario de la Real Academia). Y además, nunca es tarde para comenzar a desarrollarse artísticamente.
Dedícate a hacer una creación que no permanezca en el tiempo. Por ejemplo, haz un mandala con hojas de otoño o flores secas. Disfruta del proceso de crearlo, el camino desde que tienes la idea hasta que lo acabas, lo disfrutas, y luego deja que el viento se lo lleve.
No lo fotografíes, guárdalo solo en tu memoria y disfruta la experiencia a través de las emociones que te produzcan recordarlo.

Describe cómo es la luna que tú vives.
El autor Steve O’Keefe sugiere que una actividad muy interesante para contar algo de sí mismo es describir la luna con 50 palabras. ¿Cómo ves tú la luna?
Cuando haces esta actividad, estás proyectando cómo ves el mundo, a qué le prestas atención, quizás cómo te ves a ti. El poder del lenguaje es muy potente a la hora de hacer patentes nuestras cogniciones.
También podrías hacerlo pintando la luna en un cuadro, o dedicándote a fotografiarla durante un mes desde diferentes perspectivas.
Enfócate en todos tus sentidos.
Nuestros cinco sentidos pueden apoyarse mutuamente. A veces olemos un pastel y nos parece saborearlo. O vemos la superficie rugosa de un árbol y nos parece sentirlo e los dedos. Pues bien, podemos estimular nuestros sentidos combinándolos de forma creativa.
Las psicólogas M. Tartakovsky y L. Younger nos sugieren que intentemos estos ejercicios:
- Dibuja los sonidos que estás escuchando
- ¿Qué sonido tendría esa textura que sientes sobre la piel?
- Saborea una pieza de fruta y mueve tu cuerpo según te sugiera ese sabor.
- ¿A que huele el amarillo de esa flor?
- Imagina el sabor de un sonido…
Como puedes ver, hay muchas combinaciones. ¡Experimenta las tuyas propias!
En definitiva, hay muchas formas de potenciar esa creatividad que creías dormida. Estas técnicas basadas en mindfulness pueden ayudarte.
Y ahora, hazlas y, cuando las hayas hecho, cuéntame ¿cuáles has practicado? ¿Qué tal te han funcionado? ¿Utilizas alguna otra técnica parecida para desarrollar tu creatividad?
Referencia: Tartakovsky, M. (2019). 5 Mindful Exercises to Ignite and Deepen Your Creativity. Psych Central. Retrieved on July 3, 2019, from https://psychcentral.com/blog/5-mindful-exercises-to-ignite-and-deepen-your-creativity/
Eduardo J. Cabaleiro es psicólogo, formador y fotógrafo.
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