¿Tienes estrés? ¿Rumias un problema que te agobia? ¿Estás hasta las narices de los sinsabores del día a día? En este post te voy a hablar de las bondades de caminar como terapia para superar esos escollos y tener una vida más plena y feliz.

Caminar, un hábito muy saludable.
Nuestro cuerpo está diseñado para caminar. Nuestros ancestros tenían que desplazarse a diario para conseguir comida, ya fuera para recolectar fruta, o tras una pieza de caza. Caminar del sofá al frigorífico es una actividad muy reciente en nuestra historia.
Las sociedades primitivas se expandieron por el mundo caminando. Y es tan importante que uno de los principales hitos de los niños es cuando dan sus primeros pasos.
De hecho, es tan sano y tiene tantas propiedades, que nos han dicho que tenemos que caminar unos 10.000 pasos diarios para gozar de todos sus beneficios. Adelgazar, fortalecer los músculos de las piernas, mantener una correcta postura corporal o fortalecer el sistema inmunológico son solamente algunas de sus magníficas propiedades. No menos importantes son sus beneficios psicológicos.
Ansiedad y preocupaciones del día a día.
Cada día, para muchas personas, el transcurso de las horas es un campo de batalla contra la ansiedad o el estrés. No solamente por un impacto emocional fuerte, sino por esos pequeños o grandes inconvenientes cotidianos que movilizan nuestros recursos físicos y psicológicos de una forma poco adaptativa.
En otras palabras, sufrimos tensión por los sinsabores de cada día, nos entristecemos e incluso nos estresamos. ¿Y cómo combatimos esto? Nos damos atracones de comida generalmente poco saludable, o recurrimos al tabaco de forma incontrolada. O al alcohol. A veces, nos dejamos llevar por compras compulsivas de artilugios inútiles que sirven para calmar esa ansiedad. O nos llevamos horas en el sofá mirando programas basura en la televisión… ¿Te suena?
Fíjate que, en todos estos ejemplos, estamos utilizando una serie de conductas alternativas poco adaptativas para eliminar la ansiedad. Pero una forma más saludable y eficaz de luchar contra estos síntomas de ansiedad o disminuir el estrés es algo tan sencillo como caminar.

Caminar como terapia autónoma.
Caminar es una de las terapias más sencillas que puedes llevar a cabo. Además de ser saludable, caminar es una forma fácil y económica -gratuita, de hecho- de afrontar ese malestar interno que te agobia.
Dedicarte cada día treinta minutos en soledad para caminar por un parque, la playa o un paraje natural, o, sencillamente, por la ciudad, hará mucho por tu salud física y mental.
Cuando estás en la vorágine del día a día, muchas veces tu pensamiento está enfocado en los problemas que te aquejan desde que te levantas hasta que te acuestas. En demasiadas ocasiones son situaciones que se repiten día a día y de las que no sabes cómo salir. Al final, terminas rumiando esos pensamientos y en un bucle sin salida.
Caminar en silencio, o escuchando una música que te guste, o un podcast inspirador, hará que tu pensamiento fluido se despierte, rompiendo el corsé del pensamiento rígido, y desatando tu creatividad.
Caminar como mindfulness.
El mindfulness es una terapia psicológica científicamente validada. Aunque tiene su origen en la meditación budista, son múltiples los estudios científicos que han mostrado evidencia de que su práctica tiene múltiples beneficios. Desde reducir el estrés a mejorar nuestra salud mental en general, pasando por una mayor perspectiva a la hora de solucionar problemas.
Mindfulness consiste en la práctica de vivir el momento presente. Tener la atención plena en el aquí y el ahora. Evitamos que la mente esté viviendo en los recuerdos del pasado, o anticipando el futuro, y la traemos al momento presente. La meditación nos ayuda a hacerlo.
Concentrarnos en contar los pasos o las respiraciones, embebernos en los sonidos del entorno o en los detalles del paisaje… Son estrategias de meditación mientras caminamos que nos van a permitir desatar esa parte creativa e intuitiva que todas las personas llevamos dentro.
Caminar es una terapia que te va a ayudar controlar tu ansiedad o disminuir tu estrés. Dedicándote media hora cada día a caminar en soledad, va permitirte sobrellevar mejor los escollos con los que tienes que lidiar a diario o encontrar soluciones a los problemas que te aquejan.
No tengo tiempo para salir a caminar.
Esta es una de las excusas más socorridas para no salir a caminar. También, claro, que es cansado. O que es aburrido. Pero la del tiempo es la causa más utilizada. «Salir a caminar porque sí… ¡con todo lo que tengo que hacer!».

Vale. Piensa un momento. ¿Cuánto tiempo al día dedicas a ver la televisión? ¿Y a navegar por internet? ¿Por las redes sociales? ¿Cuántas veces te has dejado llevar por una compra compulsiva? ¿En cuántas ocasiones te has quedado de pie un buen rato en la cocina comiendo para calmar tu ansiedad?
No tienes que dedicar tres horas diarias a meditar (si no quieres). Tampoco tienes que irte a un monasterio zen a sentarte en la postura de loto. Solamente tienes que elegir.
Elige cambiar tiempo de ver la televisión por caminar. Escoge caminar media hora en soledad en lugar de engancharte a las redes sociales. Opta por salir a dar un paseo cuando te entre ese impulso de comerte los pasteles o el helado para calmar la ansiedad. En definitiva, elige caminar como forma de terapia que te va a ayudar a mejorar tu salud psicológica de una forma fácil y al alcance de tus pies.
Y tú, ¿tienes la costumbre de salir a caminar como herramienta terapéutica? Cuéntame tus experiencias en los comentarios.
Eduardo J. Cabaleiro es psicólogo, formador y fotógrafo.
Saludos!
Saludos.
No creo que caminar sirva a todos. Considero que es más sano que cada uno encuentre aquello que le ayude a sentirse mejor. Esforzarnos por hacer algo que a los demás les ayuda, puede ser contraproducente.
Un saludo.
Sin duda. Ninguna terapia ni tratamiento sirve para todas las personas. Si así fuera, no existirían enfermedades, ni trastornos, ni siquiera malestar. No obstante, caminar es una experiencia que puede servir a la mayor parte de las personas y, lo que es indudable, es que a nadie le vendrá mal 😉 Gracias por comentar.
Caminar es una buena medicina. Es una actividad física moderada y si queremos mejorar nuestro umbral aerobico hágamoslo a 6 km hora. Si caminamos entre 10.000 y 15.000 pasos diarios estaremos invirtiendo en prevénción y salud, combatiendo pandemias como el síndrome metabolico u otras enfermedades crónicas recurrentes en personas de nuestra edad.
Y si además trabajamos al mismo tiempo el tronco superior ya hemos dado con la actividad física de moda en medio mundo; el nordic walking o marcha nordica, caminar impulsandonos con dos bastones.
Hay que aprender bien la técnica para esta beneficiarnos de sus bondades.
Practicarlo junto al mar en atención plena es un placer muy económico y sencillo.