Los mantones de Altermanila son imponentes en forma, en contenido, en textura; y salen con naturalidad de la mano y de la creatividad de Covadonga Jaquete. Son el resultado de una trayectoria llena de avatares afortunados en el mundo textil y de una capacidad para dar saltos y para lanzarse a la aventura que la han llevado a construir este proyecto con desenfado y espontaneidad.
En este caso la edad no es un número ni un obstáculo, al revés , sus 64 años suman unos conocimientos que se reflejan sobre esas sedas que estampa con desparpajo y atrevimiento. Sus mantones son una recreación del mantón de manila, son una versión contemporánea de esa extraordinaria prenda que la acerca más a un uso urbano y al pret a porter.

No sólo flores se dibujan en estos mantones , sino felinos, pájaros, caballos e imágenes japonesas .En definitiva un ideario que se fue forjando en la cabeza de Covadonga a lo largo de más de 20 años pero que apareció de una manera fortuita para luego irlo trabajando y desarrollando hasta llegar a crear su propio proyecto empresarial.
Covadonga es la novena hija de once hermanos, nacida en 1955 en Madrid, en una época en que a las mujeres no se las enviaba a estudiar una vez que acababan el colegio. Ella encontró trabajo muy joven en una empresa que hoy es Indra, que le permitió estar en contacto muy pronto con las nuevas tecnologías. Trabajó allí 20 años hasta que el destino le permitió cambiar: “Siempre me ha acompañado la fortuna -recuerda- , hubo unas bajas incentivadas, y acepté irme con un buen dinero. Fue un paso importante, yo tenía 39 años y dos hijos, y tuve un rato para pensar qué quería hacer “

Enseguida supo que quería dedicarse a algo que fuera manual. “Empecé a conocerme a mí misma, y descubrí mi capacidad de buscarme la vida”. Empezó a hacer los manteles bordados conjuntados con las vajillas, por lo cual le hicieron una inserción en Vogue, y entonces la directora de la marca de decoración Lienzo de los Gazules la contactó porque necesitaban una persona para dibujar. “Les hice unas hojas de parra , que era lo que me pidieron, les encantaron, me las compraron y le dije a mi marido , esto es lo que yo quiero hacer, me voy a empeñar”.
Su marido siempre ha estado ahí , apoyándola , acompañándola, y siendo un gran aliado. Ella siempre quiso estar en el mundo laboral, seguramente porque sin saberlo, ese estar activa en el mercado fue un gran aprendizaje para ser quien es hoy.
Buscó otro trabajo, lo encontró, y a la salida se quedaba dibujando hasta altas horas de la noche para armar sus carpetas para mostrar a las marcas de telas de decoración . “A Lienzo les hice más dibujos -explica-, la bomba fue cuando fui a Claudio Coello a la tienda y veo toda la tienda llena de mis hojas de parra”.
Dibujaba acuarelas sin parar. Y entonces cuenta que fue a Barcelona a Güell Lamadrid y le compraron dos dibujos, pero le dijeron una cosa importantisima “tiene usted un estilo muy elegante” “Y yo que iba de pardilla!!! “, agrega con gracia. “Volví a Madrid y curiosamente , yo nunca había llamado a Gaston y Daniela porque creía que era Dios. Y me atreví.”
“Total que voy a Gastón y me compra cuatro diseños. A la siguiente reunión fui con dibujos y alternativas de color hecha en photoshop, quería que vieran que manejo herramientas. Y a los seis meses me llamaron para incorporarme a la plantilla».
“Yo pase de ser una señora que hacía unos dibujitos, a hacer la colección entera, iba a ferias para ver telas, siempre de tapicería . Ahí hice las colecciones durante 8 años. Fui muy afortunada, como tenían mucha confianza en mí, empecé a viajar por Europa a ferias a comprar telas para tapicería, sofás. En este rubro lo importante son las telas, y por eso aprendí tanto del sector textil».
ESTUDIO PROPIO
Tenía tantas armas para defenderse que entonces “me monté en casa” Empezó haciendo pañuelos de seda, y luego con una socia crea el tema de estampados para telas infantiles exclusivos, descubren que había un mercado para este sector y se ponen a dibujar como locas florecitas, muñequitos y esas cosas pequeñitas que lleva la ropa de niños.

Pero a Covadonga le había quedado el pellizco del dibujo de gran formato que había ejercitado en las telas de decoración. Un día le encargaron unos pañuelos grandes, a uno tuvo que ponerle flecos, y eso fue el disparador de lo que hoy es su proyecto nuevo, ALTERMANILA, la alternativa al mantón de manila con un aire mas actual.

SUS HIJOS
Monta la aventura con sus hijos. “De nuevo la fortuna me acompaña -dice- . Mi hijo me dijo mamá <vamos a hacer esto pero tienes que poner pasta> Se ríe cuando lo cuenta, pero en el lanzamiento de altermanila.com y en el modelo de negocio su hijo Arturo González-Pola , especialista en marketing , con su empresa Patronum ha sido fundamental ya que le estructuró su presencia on line, que es hoy su principal ventana a los clientes.
Tiene una muestra de mantones permanente en Cobbo Shop en Sevilla, y luego el resto se realiza por encargo vía redes sociales. La mayoria de las ventas han sido en Andalucía y en Cataluña, y gracias a Instagram me la ha conocido más gente fuera de España.La primera colección fue destinada a invitada de boda con aire primaveral, sobre bases de blancos rotos . Ahora se ha atrevido con una colección de otoño, con tonos más ocres, mantón más chico y fleco más corto, ideales para acompañar a los abrigos.
Su hija también es fundamental en acompañar a Covadonga en sus “movidas”. Covadonga Gonzaléz-Pola es formadora de escritores, correctora , y especialista en textos para marketing y publicidad. Juntas han escrito un libro sobre “Cómo crear tu Marca de Moda” que sin duda ha sido un gran motivador para lo que hoy es ALTERMANILA.


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