A nadie le gusta envejecer, pero las mujeres lo llevan mucho mejor, al menos, lo admiten y lo afrontan. Ellas son mayoría en las plataformas de envejecimiento activo, en los debates sobre la vejez, a la hora de escribir sobre esta etapa y a la hora de leer sobre esta temática que afecta por igual a hombres y mujeres. Desde Viejenials, la asociación de la que formo parte, me piden la visión masculina del por qué los hombres son una minoría a la hora de abrirse y contar cómo llevan lo de ser viejos.

El patriarcado ha blindado al hombre de preocupaciones y ocupaciones domésticas, para qué se iban a parar a pensar en su vida interior si la exterior le ocupaba todo el tiempo. La desigualdad absoluta entre hombres y mujeres a lo largo de la historia los convertía en reyes y señores de la sociedad, del hogar, de las iglesias, de los gobiernos. Ellos son más de la calle, se decía para justificar, la reclusión femenina en las labores propias de su sexo.
Pero, todo esto cambió con el reconocimiento de la igualdad entre hombres y mujeres a lo largo del siglo XX. La familia tradicional se deshace y las mujeres dejan de aguantar carros y carretas. Los hombres se desconciertan y empieza un proceso de reubicación mental y social. Los divorcios, por ejemplo, se amortiguan para nosotros al rehacer la vida con mujeres más jóvenes. La impresión que tenemos es que somos menos viejos.
Los hombres hemos mandado mucho y dialogado muy poco. Entre nosotros se ha impuesto, también, la ley del más fuerte y reconocer cualquier debilidad o problema por pequeño que sean, se nos hacía muy cuesta arriba. Hoy, obligados por la evolución de la sociedad y por el cambio acelerado de normas y hábitos, los hombres empezamos a reflexionar tímidamente sobre nuestros roles y actitudes.

Las fraternidades y hermandades de todo tipo han estado cerradas secularmente a las mujeres y han sido focos de ensimismamiento masculino o machismo descarado. Desde mi punto de vista, uno de los muchos problemas de los varones es que no hemos cultivado la amistad de las mujeres. La burbuja de la masculinidad ha contribuido a la incomunicación emocional y a gestionar mal las relaciones personales.
Las mujeres tampoco se han abierto a las amistades masculinas, más allá del compañerismo laboral o profesional, pero eso lo han compensado con una mayor sororidad o solidaridad femenina.
El año pasado escribí un artículo en el plural.com, que titulé “Los hombres, el gran problema de la humanidad”, en el que desgranaba con las estadísticas en la mano que el comportamiento masculino daña seriamente su salud individual y colectiva. El culto a la fortaleza y a la violencia por parte de los hombres tiene que ser deconstruido entre todos desde las fases más tempranas de la infancia.
Los hombres tenemos que aprender muchísimo de las mujeres, desaprender mucho de lo que nos han enseñado y ser reeducados.
Gracias Ángel por escribir, por provocar la reflexión, al respecto. Mucho hay que decir. Huyo de etiquetas y a veces me siento una rara avis en este mundo. Nadie me ha empujado hacia el reparto de responsabilidades domésticas, ni me ha exigido tal roll, pero aquí estoy resolviendo lo doméstico como una mujer… defendería un sueldo doméstico (sin distinción de género) porque valoro ese tarea. Siempre he sentido que dejaría de vivir si me abandonaba en el sofá, a ver una partido de fútbol o a los comentarios del ruedo político. Disfruto con la compañía de una buenas conversación y me es indiferente el género del contertulio. Cada día me repele más el enconado empeño de diferenciar la vida por género la vida…. arrinconemos a los violentos o reeduquémoslos, eduquemos en valores de diversidad, en el respecto al contrario y alentemos espacios de encuentro donde no tengan cabida las rasgos ideológicos …. En fin, mucho que reflexionar,
Excelente reflexión, en la sociedad y sus diversidad cultural que ha venido por siglos desde nuestros inicios sobre diferencias de género, actualmente los hombres y mujeres nos hemos visto en oportunidades de aportar roles y compartirlos como seres humanos inteligentes , empezamos ahora desde casa con nuestros seres queridos con ejemplo, amor y respeto , pero no es solo esto hay que trabajar en leyes, las empresas, la sociedad y la cultura así que no perder el ánimo y la esperanza .. gracias !!
Gracias a tí por el comentario y la reflexión