Hablar de Julia Margaret Cameron es hacerlo de una persona controvertida. Adorada por muchas personas, sus fotos fueron y son denostadas por otros críticos.
Comenzar una vida artística casi a los 50.
En 1863, cuando tenía 48 años, su hija y su yerno le regalaron una cámara de fotos para sacarla de un estado depresivo. En la Inglaterra victoriana, la mujer burguesa y aristocrática tenía el exclusivo papel de ser madre y esposa. Con los hijos ya crecidos y su esposo de viaje de negocios, nuestra protagonista se sentía sola y deprimida. El regalo de su hija supondría su entrada en la historia de la fotografía.

Los «tableaux vivants».
Con la pasión que la caracterizaba, pronto comenzará a hacer fotografías de escenas bíblicas, mitológicas o al modo de pinturas renacentistas. También tuvo una gran influencia del movimiento prerrafaelita, contemporáneo de su obra.

Para estas imágenes solía utilizar a personas del servicio, a las que disfrazaba y colocaba en poses artificiales. Se dice que incluso contrataba al servicio en función de si su fisonomía le iba a servir para sus puestas en escena. Pero también fueron modelos de estos tableros cualquier visitante, familiar, vecino o amigo a quien convencía pronto para que posaran para ella.

Estas fotos adolecen de cierto esquematismo, repetición y una gran artificialidad. Los largos tiempos de exposición que utilizaba -hasta de 7 minutos- generan algunas poses hieráticas y faltas de naturalidad. Como atrezzo utilizaba apenas unas telas y algún que otro ornamento intemporal.
Con estas fotografías pretendía realizar escenas simbólicas que llevaran a conectar lo divino con lo humano.

Los retratos.
Sin duda, son sus retratos las fotografías más logradas de su obra. En una época donde la fotografía se utiliza sobre todo con fines documentales, ella pretende hacer arte. Y para ello, huye de la simple presentación icónica de la persona retratada. Ella intenta plasmar el temperamento y la personalidad del modelo. Va a buscar las emociones a través de sus expresiones.

Julia Margaret Cameron utilizaba una luz direccional, natural y sencilla. No tenía ningún tipo de cuidado con la técnica, por lo que fue -y en algunos ámbitos sigue siendo- denostada. El efecto «flou» o de desenfoque se produce por la combinación inadecuada de objetivos y cámara.

Además, no tenía cuidado con las placas fotográficas que utilizaba. Llena de arañazos y manchas, esta combinación de factores crearán el aspecto onírico lleno de poesía característico de sus fotos.
Una apasionada de la fotografía.
Nuestra artista era una persona muy perfeccionista. Pese al descuido con el que trataba el material, era muy concienzuda a la hora de dirigir una pose o arreglar el vestuario hasta que estuviera a su gusto. Se dice que posar para ella era una tortura para los modelos, ya que tenían que pasar interminables minutos posando mientras ella corregía el vestuario y las poses.

Por otra parte, al contrario que la fotografía preponderante de su época, va a huir del retoque fotográfico. Ella pretende retratar a las personas tal como son. Para ello, en lugar de utilizar el retrato de cuerpo entero que usaban algunos de sus contemporáneos, acercaba la cámara al rostro de la persona retratada.
Julia Margaret Cameron.
“Cuando he tenido tales hombres frente a mi cámara, toda mi alma se ha dirigido al deber de registrar fielmente su grandeza interior así como los rasgos externos.”

Julia Margaret Cameron entendió, mejor que la mayoría de sus contemporáneos, que la visión fotográfica no servía solamente para transmitir la naturaleza tal como es, sino que se podía trabajar con la sugerencia. Sus desenfoques y su estilo fotográfico pretenden transmitir de una forma artística un diálogo entre la personalidad del modelo y el espectador de la fotografía.
En definitiva, la obra de Julia Margaret Cameron, en una época en la que la mujer está destinada al papel de «reina del hogar», nos demuestra que, con dedicación y pasión, nunca es tarde para desarrollar una interesante carrera artística.
¿Y a ti qué te parece? ¿Te gusta la obra artística de esta fotógrafa? Cuéntame en los comentarios.
Eduardo J. Cabaleiro es psicólogo, formador y fotógrafo.
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