Sotogrande es mucho Sotogrande. Más conocida por su implantación marinera, esta legendaria urbanización de lujo de la costa andaluza , está relanzando sus territorios de las colinas de San Roque, donde tienen el campo de Golf y el exquisito club La Reserva.

Vista general.
Esta parte es la única que tiene todavía terrenos a la venta, y gracias a una importante inyección de capital de sus inversores han relanzado este exclusivo lugar que gira en torno al golf, pero que pretende ser un punto de encuentro de tantos y tantos habitués de esta zona. Para ello, un eje central de esta apuesta, es el restaurant L´Olive, que estos días ha iniciado la temporada con ímpetu, y que cuenta con una hermosa implantación haciendo de Hoyo 19. Las buenas vistas, y el buen ambiente están asegurados.

El club cuenta con unas prodigiosas instalaciones para los golfistas, en una finca estilo cortijo, que está decorada con aires moriscos. Los amantes de este deporte no sólo tienen un bellísimo campo sino también un habitat encantador para el antes y después del juego de palos. Hay una tienda , varios salones de descanso, un billar, y un vestuario con baño turco del que no dan ganas de salir.

En Sotogrande parece que el lujo fuera algo natural. No hay ostentaciones ni brillos deslumbrantes. Aquí el lujo es la discreción, el buen gusto y el silencio.
UN POCO DE HISTORIA
Esta urbanización fue creada por unos millonarios de origen filipino residentes en Estados Unidos, que en los años 60 , buscaban terrenos en la costa mediterránea española para crear un espacio exclusivo que girara en torno al golf y al mar.
En 1964 se crea el primer club en la finca Paniagua, y a partir de ahí surgen las primeras urbanizaciones de viviendas y se empieza a dotar la zona de infraestructuras para los visitantes. En 1987 se inaugura el Puerto de Sotogrande, no sin polémica, por la desaparición de las dunas de la playa de Torreguadiaro, pero inmediatamente estos atraques fueron el atractivo de yates de lujo de todo el mundo.
Sotogrande es muy famoso también por el Polo ya que en agosto es sede de uno de los campeonatos más importantes de Europa. El evento se convierte en un Must de las clases altas que veranean en el Mediterráneo de varias celébrities, y el Santa María Polo Club es así una de las citas del verano de los papparazzis del continente.
La marina es un paso obligado cuando vienes a Sotogrande. Es el lugar para ver y ser visto, para hacer compras, y para tomarte algo o comer en el KE frente a los embarcaderos. Famoso por sus ensaladas el KE es uno de los bares que se mantiene con ambiente durante todo el año, y nos encantó por sus platos abundantes, su carta de vinos, y la simpatía de sus camareros. Capítulo aparte, son sus clubes de playa, a los que nos dedicaremos en próximos post cuando llegue el verano.
El restaurante L’Olive.
Volvemos a La Reserva para centrarnos en su restaurant L’Olive , que se abre con una propuesta inteligente a clientes que no son socios del club. Así, los habitués de Sotogrande, pueden tener un approach a esta parte alta de la urbanización y disfrutar de unas vistas exclusivas y de unos atardeceres maravillosos.

La carta recoje lo mejor de la cocina andaluza con toques franceses y tiene la sutileza de su chef Cristina Gutierrez , y el asesoramiento como Chef Executive de Jaime Pérez, que viene de una dilatada experiencia por las cocinas de las más prestigiosas estrellas Michellin de España.
La temporada acaba de iniciarse con un showcooking dirigido por el chef en el que degustamos un atún increíble, un cordero caramelizado con una mezcla de sabores y texturas, y un postre a la menta que nos recordaba invariablemente que estamos cerca de Marruecos.
Volveremos a tomar clases de golf, de tenis, y a sentarnos en el espectacular Hoyo 19 a tener esa especial sensación “chill out”.

A veces, viajar es una forma de hacer terapia. Y Sotogrande puede ser un destino estupendo para esto. ¿A ti qué te parece?
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